jueves, 5 de agosto de 2010

Leyendas de Fontanarejo

Hace tiempo que descubrí en internet, en la pagina del instituto de Horcajo algunas leyendas sobre hechos ocurridos en Fontanarejo y quiero ponerlas aquí, yo no las había escuchado nunca pero es posible que alguien ya las conozca, en cualquier caso me parecen curiosas, como todas las leyendas, despiertan el interés por el lugar.

LA CRUZ EN LA ROCA

Hace ya muchos años en un pueblo llamado Fontanarejo, vivía una mujer guapa, soltera y con buenos recursos económicos. De ésta bella mujer se enamoró un buen hombre de un pueblo cercano, Piedrabuena, el cual es bastante más grande que Fontanarejo; éste se enamoró locamente de esta mujer a la que muchos hombres de estos alrededores deseaban como mujer o simplemente como novia. Este hombre de Piedrabuena se enamoró y ella de él, hasta el punto de que se habían prometido el amor hasta la muerte. El hombre cuyo nombre no ha sabido decirme nadie hasta el momento, había hecho bastantes regalos a esta mujer. Tras unos años de noviazgo, hubo serios problemas por parte ella, entonces él como vio que no podía recuperarla, la pidió toda serie de regalos que había hecho. Ella se negó a devolverle dichos objetos.
Pasaron varios meses y él cogió un odio tremendo a esta mujer y encima no le devolvía los regalos que él le había hecho. Él se volvió agresivo con ella habiéndola amenazado varias veces de muerte si ésta no le devolvía los regalos. Un caluroso día del mes de julio cuando aprieta el calor, la mujer fue con su cántaro a por agua a la fuente que hay al lado del bar el cual cuando ocurrió esto todavía no se había construido, él la estaba esperando en el callejón que hay de frente a la fuente, donde las aguas que sobran o se derraman van a parar; tenia un cuchillo de grandes dimensiones y cuando estaba llenando el cántaro de agua en la fuente, él salió del callejón y le cortó el cuello, quedando separada la cabeza del cuerpo. Él a toda prisa salió corriendo para coger el atajo que lleva a Piedrabuena. Como ya sabia que la iba a matar, llevaba un bote de veneno en el bolsillo para suicidarse. Cuando iba por el campo, más concretamente por el "puente", bello paraje, algunos segadores que estaban segando le vieron beberse el veneno, el cual sólo hacia efecto tomándolo con agua, ellos al enterarse no le quisieron dar agua, ya que los arroyos en esa época no llevan una gota de agua. Él muy enfadado siguió con su marcha hasta llegar al "Quejigo" uno de los parajes más bellos de estos lugares, bebió agua de una famosa fuente, la cual existe en la actualidad, allí se sentó esperando su muerte hasta que llegó.
Desde entonces en la misma roca en la que murió hay una cruz hecha con piedras blancas de cuarzo incrustada en la roca.
LOS SÁDICOS CONTRA SU JEFE
Haciendo ya bastante tiempo, todavía de generación en generación, se recuerda la leyenda que sucedió en un pueblo de la provincia de Ciudad Real llamado Fontanarejo.
Fontanarejo no es un pueblo grande, y antes más que ahora, la gente se dedicaba al trabajo del campo. Como siempre, había gente más rica que otra, dos hombres humildes de dicho pueblo estaban trabajando en una parcela cerca del pueblo, segando, estos dos hombres empezaban a trabajar a la misma hora todos los días, estaban hartos del jefe, no se sabe por que, se supone que porque les exigiría demasiado o algo así.
Cierto día, dichos hombres se fueron antes de lo normal a trabajar, y cuando llegaron a la parcela cogieron a su odiado jefe y después de pegarle una paliza le hicieron dos heridas en el cuello y le metieron dos velas, dos palos, y entre las uñas astillas de jara.
Los dos agresores, al creer que la víctima había fallecido le dejaron tirado en la parcela. Cuando la víctima pudo levantarse se puso de camino hacia el pueblo. Al llegar a Fontanarejo los habitantes de éste le preguntaron muy preocupados que le había sucedido, y quien se lo había hecho. Pero él al no poder hablar no les pudo dar la información que ellos pedían y tras estar un rato intentando averiguar quienes habían sido, los vecinos comenzaron a decirle nombres de varios hombres del pueblo y al decir los nombres de quienes realmente lo habían hecho, la víctima contestó con un sí gestual y, seguidamente, tras este acto, murió.
Pero lo que no se sabe es que les pasó a los agresores. Este hecho fue algo muy fuerte que dejó conmovida a la población de Fontanarejo, y se espera que hubiesen tenido un buen castigo.
EL VERRACO Y SAN MARCOS
Hace mucho, mucho, mucho,… tiempo, había en Fontanarejo muchas cerdas de crianza de las cuales los habitantes del pueblo dependían ya que vivían de eso.
Por una extraña razón que en el mismo pueblo desconocen, empezaron a desaparecer todos los verracos que en el pueblo había por lo que las cerdas no podían criar. Los ciudadanos de Fontanarejo empezaron a caer poco a poco en la pobreza a y no tener medios para subsistir, también la preocupación de estos era muy grande y desesperante.
En un pueblo vecino de Fontanarejo, situado a unos ocho kilómetros de este y llamado Arroba de los Montes, tenían muchos verracos que podían vender a los habitantes del pueblo vecino. Pero había un problema: que ya no tenían dinero para comprar a los animales y los arrobeños pedían mucho dinero a cambio. No podían hacer nada.
En Arroba no había santos en la iglesia y los vecinos de Fontanarejo les propusieron un trato el cual consistía en que los de Fontanarejo les daban un santo a los de Arroba y estos les daban un verraco.
Así lo hicieron, los habitantes de Fontanarejo les dieron un santo a los de Arroba y los arrobeños un verraco a los de Fontanarejo. El verraco que había en Fontanarejo fue reproduciéndose y finalmente hubo más verracos.El santo que los de Arroba se quedaron fue San Marcos.